Escaramuza del Cerro Garay del 22 de septiembre de 1936

 José Torres Garcia

Según el archivo procedente del Archivo General Militar de Avila (AGMAV C.2687 cap.9)

En el contexto de la Guerra Civil Española, los enfrentamientos entre las fuerzas republicanas y los sublevados fueron constantes y sangrientos. Uno de los episodios más significativos tuvo lugar en septiembre de 1936 en la región de la Alfaguara, donde los republicanos intentaron apoderarse del Cerro de Garay y otras posiciones estratégicas. A continuación, se detalla el desarrollo de estos combates, la resistencia de la guarnición sublevada y la posterior contraofensiva liderada por el capitán Nestares.

 



Tras varios días de intensa hostilidad hacia los sublevados, las fuerzas republicanas atacaron con bombas de mano la Posición Cerro de Garay con el propósito de apoderarse del pinar de la Alfaguara. La guarnición resistió hasta que el capitán Nestares, al enterarse del suceso, envió refuerzos que lograron contener el ataque durante la noche. Sin embargo, debido al constante fuego de ametralladoras y las bombas de mano, la posición terminó cayendo en manos republicanas.

 

Bajo el mando de Nestares, se organizó una centuria en el Sanatorio de la Alfaguara, compuesta por guardias de seguridad y falangistas. Una vez preparados, una escuadra de Falange al mando del jefe Cañadas avanzó por la vanguardia, mientras que por el flanco izquierdo operaba otra escuadra de la Falange local de Alfacar, y por el flanco derecho, una escuadra de la localidad de Víznar. Por el centro, avanzó otra escuadra liderada por el cabo de Asalto Antonio Ayllón. Todas estas fuerzas estaban bajo el mando del sargento Fernando.



Al llegar al cerro, los republicanos abrieron un enérgico fuego que ralentizó, pero no detuvo, el avance de los sublevados, quienes lograron colocarse a 100 metros de la posición. Tras una hora de intercambio de disparos, y viendo que los republicanos no se retiraban, el sargento ordenó avanzar con bombas de mano, lo que obligó al enemigo a desalojar la posición en desbandada, causándoles numerosas bajas. En ese momento, una escuadra se ofreció para perseguir a los huidos. Nestares aprobó la acción y, al alcanzar a los republicanos, se produjeron combates cuerpo a cuerpo que resultaron en muertos, heridos y la captura de dos prisioneros. Los capturados fueron interrogados y proporcionaron información valiosa sobre oficiales republicanos y otros detalles estratégicos.

 





 

 

Al mismo tiempo que tenía lugar este combate, los republicanos atacaban a las fuerzas destacadas en Cogollos Vega desde dos frentes: una columna desde Deifontes, equipada con ametralladoras, y otra desde el Peñón de la Mata, dirigida por el sargento Masegosa. El ataque desde Deifontes fue repelido y perseguido por las fuerzas del teniente Morillas, aunque en el enfrentamiento resultaron gravemente heridos los guardias de seguridad Antonio García García y José Moreno Moreno. En el Peñón de la Mata, los sublevados avanzaron entre las rocas hasta llegar al combate cuerpo a cuerpo, obligando a los republicanos a retirarse. Sin embargo, al pasar por una cueva, dos enemigos emboscaron al teniente Morillas. Este reaccionó rápidamente, disparando y matando a uno, mientras que el otro logró huir.

En este enfrentamiento, las fuerzas republicanas sufrieron numerosas bajas, mientras que, por parte de los sublevados, fallecieron Ramón Martín Sierra y José Aguado Morales, y desapareció Luis López Moreno.

Entre el 23 y el 30 de septiembre, continuaron los “paqueos” (disparos esporádicos) en todos los frentes, especialmente en la Alfaguara, donde se trabajaba en la fortificación.

 

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